Nydia Esther Barreiro Sotomayor del Toro
Nació: Mayo 23, 1961 Santurce, Puerto Rico
Femenino, 56 años

Nydia, nació en la pequeña isla de Puerto Rico, la menor de tres niños y para hacerlo más difícil…la única niña. Al crecer con dos varones, le gustaban más los entretenimientos masculinos que los femeninos entre ellos, el deporte. Sufrió mucho rechazo, humillación y le llamaban “machua”, esto agravó sus sentimientos de insuficiencia y baja auto-estima.

Nydia se convirtió en una niña furiosa, con mucho coraje, rebelde ante el mundo y cualquier figura de autoridad. Ella era muy lista y lograba satisfactoriamente todo lo que hacía durante sus años de universidad. Atleta del Año en la Escuela Superior, se destacó en todos los deportes. Becada por la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras por el deporte de Pista y Campo. Se hizo experta en el tiro de Javalina y llego a practicar todos los eventos, hasta el Héptalo, participando en tres Justas Intercolegiales.

Jugó Softball del equipo de la universidad y llegó hasta los últimos cortes en el deporte de Volibol. Se convirtió un una mujer muy auto-suficiente e independiente con mente y opiniones propias. La ira y la cólera la siguieron todos sus días. Ella siempre fue una extraordinaria atleta y era muy competitiva en los deportes, todo lo hacía con gran intensidad y confianza. El deporte se convirtió en su identidad. Era lo que estaba edificando o destruyendo su auto-estima. En sus años de escuela superior, aprendió a jugar “Squash Cubano” al punto de representar al equipo nacional de Puerto Rico en Florida.

Muchas veces lloró sola con su espíritu encarcelado. Sus triunfos solo duraban unos días hasta que el vacio dentro de ella se sentía más fuerte que nunca, su soledad más tangible y escuchaba en la soledad el silencio gritándole: ¿Es esto la vida? Si eres tan buena, ¿Por qué te sientes tan vacía? Mejoro tanto, que para esos tiempos fue que logró su beca en la Universidad de Puerto Rico. Llego a jugar volibol superior de las “Spikers” de Rio Piedras y compitió para hacer el equipo nacional de tenis de mesa. Cualquier proyecto que se emprendía, lo hacía con todas sus fuerzas y capacidad, pero el vacio seguía fuerte dentro de ella.

En esos tiempos tuvo un novio con quien duro dos años y medio hasta que el la dejo por otra mujer a quien embarazó. Destruida, hecha pedazos, se encerró en su cuarto, no comía, no salía y se la pasaba llorando. Su identidad también la había puesto en su novio y en su sueño de casarse con su primer amor. Toda la experiencia fue una gran desilusión, que aumento su vacio y atacó fuertemente su auto-estima.

En el 1984, haciendo su práctica docente y en su último año de universidad, le ocurrió algo que le cambio su vida. Un día estaba sola tocando su guitarra en la “High de la Universidad”, donde estaba haciendo su práctica docente. Se sentía triste, sola y confundida. Ella lo tenía todo, un trabajo, dinero, carro, pero se sentía vacía. Ella era una muchacha buena con problemas de soledad, control de impulso e identidad. En esos momentos, un compañero de trabajo se le acercó y comenzaron a hablar de la vida y de temas profundos. Se sintió en confianza y comenzó a hablarle de cómo se sentía. Le hablo de que se sentía triste, sola y vacía. Luego que terminó de hablar, el joven le dijo: “¿Sabes lo que necesitas en tu vida?”. Ella preguntó inquisitivamente: “¿Qué necesito?”. Él le contesto: “Tú necesitas un encuentro personal con Cristo”. Su espíritu brinco dentro de ella y le contesto: “Eso es exactamente es lo que yo necesito”.

He aquí entonces, donde comenzó su aventura religiosa, visitando a los catacumbas en “Los Palitos” de la Ave. Los Filtros, Católicos Carismáticos, Pentecostales en “La Escalerita” de la Universidad de Puerto Rico y comenzó a estudiar varias religiones, pasando horas en la biblioteca leyendo sobre ellas. El día menos pensado en un “party”, se encontró con un amigo a quien daba por perdido. Ella le dijo: “Hola Hector, que es de tu vida? Lo último que supe de ti es que te trataste de tirar del tercer trampolín de la UPR y que te habías vuelto loco y que estabas internado en “La Juliá”. El contesto: “Todo eso es verdad, pero me convertí y ahora estoy estudiando para pastor”. Ella no lo podía creer y le dijo: “Pues, yo quiero ir a esa iglesia”. Y así fue. Héctor la fue a buscar a su casa y la llevó a la Barbara Ann Roessler Memorial de Cupey. Fue allí, donde oyó la predicación y escuchó a Dios hablarle a su corazón. Respondió al llamado de darle su vida a Cristo, haciendo esta su experiencia cumbre espiritual que cambio su vida.

En la Barbara Ann Roessler Memorial, conoció a quien sería su novio, Miguel. La relación fue extraña puesto que ambos estaban sanando sus heridas y ella lo dejó dos veces porque tenía miedo y él ya estaba hablando de casarse. El trabajaba y estudiaba “part-time” y ella tenía un trabajito en una agencia de viajes. Sin embargo, ella regresaba a buscarlo porque lo amaba. La segunda vez, el la llamó y le dijo: “Ingresé a la Fuerza Aérea, te vienes conmigo o adiós”. Ella no lo pensó dos veces y le dijo: “Me voy contigo”. El se fue a “basic training” y se casaron en diciembre 1985.

El fue asignado a Bitburg, Air Force Base en Alemania (1985) y allí comenzaron su vida de casados. Luego de varios incidentes difíciles y en sus primeros años de casada, queda embarazada de su primera hija Nadia. Tuvieron su primer “Permanent Change of Station” a Cannon Air Force Base, Nuevo Mexico (1991). Luego de otros incidentes difíciles, tiene su segunda hija Liana y su tercer hijo Miguel Antonio. Durante su tiempo en Cannon AFB, se especializó en el deporte de Racquetball hasta lograr hacer el Equipo Nacional de Puerto Rico y participar en los Juegos Panamericanos de Mar de Plata, Argentina en el 1995.

Poco tiempo después de su tercer parto, su esposo pide cambio de base a Aviano, Air Force Base, Italia (1995). Allí su esposo tuvo una explosión trabajando solo en un F-15 y queda sordo por un día, la familia entera pasa por una gran prueba. La incertidumbre, tensión y temores se apoderaron de ella y comienza a tener “panic attacks”, al punto de tener que ir a un siquiatra para medicarse. Esta tormenta no duro mucho puesto que dejo los medicamentos y comenzó a orar más fuertemente. Luego de 12 años de servicio y un año entero de presión sicológica a su esposo y a toda la familia, se abre una ventana y le ofrecen dinero a su esposo para salirse de las fuerzas armadas. Ellos aceptan y se van para Puerto Rico (1998).

En Puerto Rico, viven con los padres de ella y se acomodan todos en un cuartito. Ellos compran “sleeping bags” a sus hijos y duermen todos juntitos en ese cuartito de la casa de Colinas del Yunque en Rio Grande. Vuelve a apretar la vida y su esposo no consigue trabajo. Ella consigue trabajo en Robinson School, Condado (1998) a una hora de Rio Grande. Puede matricular a su hijo Miguel, pero sus dos hijas se quedan con su padre y van a la escuela de su abuela y luego a la escuela pública Pepita Garriga en Caguas. Poco después, puede matricular a sus hijas en la misma escuela donde trabajaba por dos años.

Fueron tiempos difíciles, el padre de su esposo murió y poco después muere su propia madre. Ella se había convertido en la proveedora de la casa. Las cosas no se veían bien, hasta que su esposo logra encontrar un buen trabajo en el correo federal y empieza a trabajar los turnos “rompe noche”, lo cual trajo a la familia mucha más tensión y dificultad. No se veían casi nunca, ni podía conversar bien. La pareja se fue alejando el uno del otro. Estaban sobreviviendo.

A Nydia, no le renuevan el contrato en Robinson y consigue un mejor trabajo como Directora Atlética en Wesleyan Academy (2001), en donde sus tres hijos pueden estudiar con descuento. Luego de cinco años, tampoco le renuevan el contrato en Wesleyan y comienza a trabajar en la escuela pública y en el Albergue de Víctimas y Testigos del Departamento de Justicia como Maestra de Educación Física. Poco después (2006), pierde el sentido en toda la parte izquierda de su cuerpo y luego de varios exámenes, es diagnosticada con ESCLEROSIS MULTIPLE, enfermedad perniciosa cuyo futuro es quemarse como una vela y morir. Luego de casi un año de un tratamiento con AVONEX (como una quimio) y sintiéndose mal todos los viernes que se inyectaba, le sale una lesión tumorosa en el cerebro, decide dejar de medicarse y tratarse solo las exacerbaciones con SOLUMEDROL.

A pesar de todo, Nydia no se daba por vencida y seguía estudiando su doctoral,en CONSEJERIA. Ella le pide a Dios, que le deje todas las manchas que quiera en su cerebro, pero que la deje funcional. Nuevamente se mueve Dios en su vida y conoce a la Lcda. Gloria Cardona, quien le ofrece en el 2006, un mejor trabajo como Coordinadora de una Propuesta Federal llamada “Abstenerte Te Honra”. Trabaja cuatro años con ella, en los cuales viaja por lo menos tres veces al año a Estados Unidos, sigue aprendiendo sobre administración, planificación, supervisión y la familia progresa financieramente.

Luego de años rompiendo noche, su esposo consigue un turno estable durante el día y las cosas comienzan a mejorar. Luego de otras experiencias difíciles, ella continua estudios universitarios hacia el doctoral en consejería, logrando obtener su licencia permanente luego de las 500 horas de práctica en el Albergue de Víctimas y Testigos del Departamento de Justicia División de Protección. Allí aprende no solo ayudar a los clientes terapéuticamente con sus situaciones de vida, sino que cuando ellos así lo deseaban, le daba alternativas espirituales para que tuvieran sus propias experiencias cumbres y renovaran sus vidas.

Entre los años 2010-2015, trabajó en otras propuestas, las cuales le ayudaron a su estabilidad financiera, entre ellas, “Tus Valores Cuentan”, “Los Cuentos que Cuentan e Ilustran los Niños de Puerto Rico”, “Apodera” y actualmente trabaja de vendedora de talleres y conferenciante de “Brainstrong”, parte de Cameranundi.

En diciembre del 2015, luego de renovar sus 30 años de casada, en su viaje de celebración por Isabela, tiene un aparatoso accidente, en el cual un automóvil a toda velocidad impacta su carro por el lado del conductor. El automóvil queda como pérdida total y ella herida en emergencia. Dios se mueve nuevamente en sus vidas logrando que ninguno de los dos saliera muy lastimado ni perdiendo sus vidas.

En el 2016, le da un infarto y la operan de pecho abierto el 24 de agosto 2016. Con un dolor inmenso y pasar por intensivo 3 días, se va recuperando rápidamente. Luego de 6 semanas de convalecer, sigue trabajando, vendiendo y dando talleres a maestros y padres, hasta que se decide a darle vuelo a MOTIVA.

A través de todas estas situaciones de vida, Nydia mantuvo su fe, se mantuvo firme, enseñando a sus hijos sobre la fidelidad de Dios. Su hija mayor, Nadia, toca el piano, canta y es líder de alabanza en su iglesia. Su otra hija Liana, está haciendo internados en Alaska y Florida preparándose como educadora en conservación y su hijo Miguel Antonio esta terminando en la Universidad de Cayey y es líder del grupo de jóvenes “The Shack”. Nydia se mantuvo perdonando ymcompartiendo las buenas nuevas de Jesús con todas las personas que se encontraban en su camino.

Ella expresa: “Si yo no hubiera tenido a Cristo en mi corazón, jamás hubiera podido lidiar con todo lo que me ha ocurrido en mi vida y en 31 años de casada. Solo Dios en su misericordia puede poner en nosotros el perdonar a quienes nos hieren y nos hacen mal. Solo Cristo en mí, me ha enseñado que el perdón, sana, restaura, edifica y hace de lo imposible algo posible. Yo conocía a Dios en mi mente muy bien, pero sentía que necesitaba algo más. Antes caminaba con él a mi lado, pero al aceptarlo y dejarlo entrar en mi corazón, ahora el mora dentro de mí, tengo una relación intima con él, nací de nuevo!

Muchas cosas me han pasado desde que el Señor cambio mi rumbo, una de las más bellas es que la relación con mi padre fue completamente restaurada y el perdón hizo que ahora sea mi mejor amigo. Mi relación con mi esposo sigue mejorando y dentro de todos los defectos que tenemos, no nos damos por vencido y sabemos que juntos es mejor que solos, aferrándonos a la promesa que hicimos en el altar de estar juntos toda la vida en los buenos y malos momentos. He entendido que Dios lo perdona todo y que solo tenemos que reconocer que le necesitamos, arrepentirnos y tener una experiencia cumbre espiritual y renovadora con El. Ya no tengo problemas con el coraje y si caigo, le pido perdón y El siempre está presto para perdonarme. No cambio mi decisión de haberle escogido para que viva dentro de mí por nada del mundo. Ahora todas las ideas que me ha dado, las pondré en función para enseñar y ayudar a otros con todos los conocimientos que he recibido a través de los años y de cómo mantenernos positivos y motivados a través de todas las circunstancias de nuestras vidas con mi lema: “Nunca te des por vencido”.

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